martes, 17 de septiembre de 2013

Ya nadie saca a pasear a sus gatos



Y en el piso encontré dos gotas que eran mis lágrimas duales. Tenía tantas ganas de llorar, como de cagarme de la risa, como de degollarme hasta la médula, como de convertirme en semilla y germinar. Tal vez algún orate me pueda satisfacer la superficie, pero en el fondo siempre seguiré preocupada por ocuparme en mejorar esa versión de mi anti-héroe. 

Cuando alguna pantalla analógica marque las -1111, podrán recoger del suelo mis cansadas vísceras. Espero que esta vez el viaje me lleve de regreso al paralelo superior y que la luna llena esté sincronizada con el estómago de la torre y que mis cabellos se pongan redondos y plateados como nubes que no son más que camuflajes de objetos voladores no identificados.

El rostro de la luna luce trasnochado y cansado; más que mi superficie donde las lombrices no escatiman y todo lo devoran, según mi comando. Han sido muchas las estrellas que la han contemplado, pretendido y traicionado. A la luna. Seremos eternamente los injustos, pero más que nadie con nosotros mismos. Por eso, cuando veo a personas con perros, prefiero ver a los perros y si tengo que hablarle a alguno, me inclino por los canes.  

martes, 7 de mayo de 2013

Venganza


Hoy todos envejecimos porque no dormimos.
No acataremos órdenes y caminaremos desenvueltos por el jardín prohibido para recoger los frutos de todos tus pecados.
Los llevaremos a cuestas, moriremos por ellos y nos convertiremos en el karma de tus próximas vidas.
No te librarás tan fácil.